miércoles, 8 de octubre de 2008

ARMADA 10


Vasco de Gama

















La vocacion colonial de Europa.
En cualquier época, careciendo de un adecuado poder marítimo, ninguna nación habría podido ni podría convertirse en potencia colonial, fué por esa única y exclusiva razón que Francia llegó- entre otras potencias- a construír una armada impresionante.
Después que los portugueses comenzaran de primeros a aventurarse con especial visión mercantilista hacia las costas africanas y hacia la lejana Asia, muchos países europeos entre ellos Francia, España, Holanda y hasta la misma Inglaterra percibiendo los buenos resultados del futuro, se embarcaron en esa empresa. La motivación primaria sería el comercio, considerado como una útil, noble e interesante actividad que mucho sirvió sin duda para incentivar el desarrollo de los pueblos involucrados, en ambos sentidos. Comercio de especias, de maderas finas, de perfumes magníficos, de plantas exóticas, de nuevos materiales, de obras de arte y hasta el infame- aunque super lucrativo- comercio de esclavos, llegó a constituirse en una actividad preferida por los navegantes europeos, con mayores facilidades y ganancias que las obtenidas por aquellos comerciantes de la antigüedad quienes debían hacerlo a lo largo de milenarias rutas terrestres, por países extraños, peligrosos y a veces hostiles, en un viaje que podía durar casi toda una vida.
Invasión pacífica. Aceptación forzada.
Los viajes por mar también eran muy largos y algo peligrosos, pero no demasiado. Para llegar por ejemplo de Europa a la India, era obligatorio establecer en el camino-tantos como fueran necesarios-campamentos costeros o bases donde repostar las naves y conseguir insumos para continuar el viaje, hacer aguadas, obtener alimentos para las tripulaciones, para efectuar reparaciones en las embarcaciones , para descansar algo de las trabajosas navegaciones etc. y para comerciar un poco sobre la marcha.
Se escogía en un paraje prometedor, un sitio adaptado por lo general al gusto de los capitanes, de ser posible con un río y bosque maderero cercanos...luego se solicitaba permiso amistosamente a los gobernantes locales , generalmente en comunidades de vida muy primitiva, atrasada, con sociedades parcial o totalmente desconocedoras de las formas de vida y costumbres europeas. Con regalos y manifestaciones bondadosas hacia los nativos y ciertos sobornos para los jefes, se conseguía la autorización graciosa y de ser factible se efectuaban algunas construcciones que servirían en adelante como alojamiento para los expedicionarios o también como depósitos para guardar los productos que traían los europeos para ser permutados ( "trading post" lo llamaban los ingleses, "enclave"lo llamaban los portugueses ), así como para almacenar los activos comprados a los lugareños. En esta forma comenzaba el comercio con gente ingenua, que por lo general era honrada y de buena fé, que además se acostumbraba muy rápidamente a las cosas exquisitas que procedían de tierras lejanas. Mas adelante según el plan, los europeos pedían un nuevo permiso para ampliar las instalaciones (que llamarían ahora más elaboradamente "factorías") para dejar como residentes allí y con relativa comodidad a algunos de los viajeros quienes actuarían en adelante a modo de agentes de comercio o "factores", petición que por puro interés era igualmente concedida. Todo marcharía muy bien, mientras no surgieran conflictos de cualquier tipo entre ambas comunidades (por las mujeres por ejemplo) . Al surgir tarde o temprano los conflictos, aparecían también las animosidades y como producto final, las discusiones y las riñas como consecuencia de intereses encontrados. De ahí escalando hacia guerras abiertas era muy poco el trecho a recorrer, donde finalmente aquel que estuviese más poderosamente equipado era por regla general quien dominaba la situación y terminaba imponiendo su voluntad y adueñándose de territorio ajeno.
Primera semilla colonial.
Los extranjeros (casi siempre europeos), sintiéndose en peligro en tierra extraña, se fortificaban en sus emplazamientos, restringían o negaban a los nativos la posibilidad de penetrar a esos recintos mientras se armaban lo mejor posible contra ellos. En la primera oportunidad pedían la protección de sus propios buques de guerra que aparecían de tiempo en tiempo y quienes la ofrecían voluntariosamente a nombre de sus respectivos gobiernos.
El próximo paso era declarar esa base -unilateralmente-como territorio soberano y de ahí en adelante considerado simple y llanamente como una posesión de ultramar de la potencia respectiva, con derecho de ampliar ese territorio ocupado lo máximo posible a expensas del país anfitrión , sin ningún permiso ni compensación justa, además sin derecho a protestar siquiera. En adelante se aplicarían aquellas leyes de la metrópolis que fuesen más convenientes, imponiéndolas por la fuerza si fuere necesario. Se designarían autoridades, símbolos, reglas y normas de entendimiento mas o menos arbitrarias y obligantes para con los nativos. Había nacido así una colonia. Lo demás vendría por añadidura.
Penetración cultural.
Deslumbrados por las agradables ofertas de una nueva civilización, por la presencia de novedades nunca antes conocidas por ellos, por el disfrute de nuevos sabores y olores, por el sentido de la nueva música, por el empleo de extrañas herramientas que hacían la vida más fácil y llevadera, por tal y cual cosa, los nativos iban acostumbrándose a la nueva situación. Consideraban-impropiamente-todas esas ventajas como un regalo del cielo y venían por más. Procuraban muy pronto por sentido de imitación, ser como los forasteros, vestir como ellos. hablar como ellos y comportarse como ellos. Nunca lograban hacerlo igual aunque nada perdían con intentarlo una y otra vez hasta aproximarse lo más posible. Un caso entre muchos, de voluntaria asimilación hacia culturas foráneas , un fenómeno que podría calificarse como lugar común para casi todos los pueblos colonizados.
Los que llegaban lo hacían en plan de arrogante superioridad, solían a veces adoptar por interés y con la debida distancia algunas costumbres de los primitivos residentes, aunque no muchas por cierto, mientras que éstos en cambio, desarrollaban muy pronto una alta dependencia emocional hacia los que procedían de lejanas tierras, dependencia ésta que se manifestaba sobre todo en la adopción de un nuevo idiona, de los rasgos culturales más visibles , de nuevas religiones; además de los gustos, preferencias y prejuicios más resaltantes.

No hay comentarios: