(izq) Desembarco en Los Mangles
(der) Capitán de Fragata José María Chacón
Morillo de nuevo en Margarita.
Dueños los realistas ahora de Barcelona , solamente quedaba la isla de Margarita enarbolando su bandera de rebeldía en el Oriente y hacia ella se enfocaron una vez más los ojos retaliativos del Pacificador Morillo.Recordemos que en su carta-informe enviada por Brión desde Carúpano a El Libertador el 5 de junio de 1817, ( ver página 128) señalaba que: “la escuadra española há estado tres días frente de Margarita , ella se compone de veinte buques”…etc…etc. “y ahora está fondeada en Cumaná”.Es decir que a partir de ésa fecha, algún acontecimiento importante se debía esperar que sucediera por esos lados. Precisamente Brión se vió obligado a retirarse de Margarita y pasar a Carúpano no para huir de la marina realista sino para escapar a la furia de los margariteños revoltosos que al darse cuenta de la cercanía de tantos barcos realistas no podían entender ahora porque razón la muy superior escuadra patriota tuviera que marcharse. La realidad era que la escuadra patriota estaba saliendo yá para el Orinoco por órdenes de El Libertador.
Hasta que llegó el día. El 13 de julio al amanecer aparecíó en la amplia bahía frente a Punta de Mangles, una impecable formación naval española, compuesta de 3 corbetas, 5 bergantines, 5 goletas, 1 falucho, 4 flecheras y 2 cañoneras. Comandaba la escuadrilla, el capitán de fragata don José María Chacón ( ) llevando como segundo al capitán de fragata don Francisco de Paula Topete. Las corbetas eran : la “Diamante” (Chacón ), la “Descubierta”( Topete) y la “Carolina”.. Los bergantines eran: el “Cantabria”, la “Elena”, la “Carlota” la “Bailén” ( ) y la “Socorro”; y las goletas: “Mariana”, “Periñón”, “Felicidad”, “Flecha” y “Ferroleña” ( un bergantín-goleta). Ese día, cada una de las naves tomo su posición prevista delante del Puerto de Los Mangles y se procedió a hacer los sondeos necesarios previos a una operación de desembarco. La corbeta “Diamante” se ubicó a corta distancia del desembarcadero, lista para servir como plataforma artillera de apoyo al desembarco. Los demás buques (mayores y pequeños) formaron dos líneas paralelas y echaron las anclas a una distancia de media milla aproximadamente , listas para comenzar a cumplir con los procedimientos yá establecidos. El 15 de julio a primeras horas después de repartir el desayuno, se procedió a izar los pabellones de los buques, siguiendo las señales de la “Diamante” que cumplia funciones de nave insignia. A las ocho en punto se escuchó tocar 4 campanadas en cada buque y un disparo de cañón de la corbeta. Luego toques de clarín en cada buque mientras se izaba lentamente en el penol de las mesanas, el pabellón rojo y gualda de los realistas.Ese día se comenzaron a bajar a tierra, con todas las dificultades que se suponen en tan complicada operaciòn, los 3000 aguerridos soldados de Morillo y de Canterac. La columna de cazadores, cuatro compañías del Navarra al mando del brigadier Canterac y Morillo con el Burgos fueron los primeros en llegar a tierra y empeñarse en la lucha. Entretanto el resto de la división continuaba desembarcando.Existen sobre este importante evento, testimonios documentales de primera importancia. Uno de ellos es un interesantísimo trabajo preparado por Alfredo Boulton y publicado con mucha precisión ( en la revista Horizontes , de la línea aérea Avensa en su número 39 del año 1992). (*)
( *)Testimonio documental (Revista Horizontes N° 39 de 1992-Avensa )
El artículo de Boulton a decir verdad no tiene desperdicio. Se titula “Morillo en Margarita”. Comienza dicho artículo informando que : “En el Museo Naval de Madrid se encuentran tres láminas dibujadas al creyón y realzadas en acuarela que representan la flota del Pacificador General don Pablo Morillo, para ese entonces ya titulado Marqués de la Puerta y Conde de Cartagena. Esos tres dibujos, hechos por J.Espejo, quien se debe suponer formaba parte del equipo de Ingeniería Militar Técnica del Estado Mayor de Morillo, representa tres vistas de las isla de Margarita, al momento del segundo desembarco enemigo, en 1817.Ellas son: Punta de Mangles, cerca del Puerto Guamache, por donde, entonces, resolvió la flota desembarcar, debido acaso a lo aislado del lugar y contando con el efecto sorpresa que podía causar en el ánimo de los isleños.”
Dice más adelante el señor Boulton: “ La otra lámina es de la flota frente al Pueblo de La Mar ” (Porlamar 23 de julio 1817) , ya efectuado el desembarco , para dirigirse a Pampatar con la intención de ladear el valle, situarse al pié del Cerro de Matasiete y llegar al Portachuelo”. Y continúa..”En ese intento por vencer el Castillo de Santa Rosa, en la Asunción , fue cuando se realizó la batalla que se conoce con el nombre del cerro” (de Matasiete). “Es bien sabido que la bravura y la resistencia de los isleños impidieron el avance de las tropas españolas, por lo que tuvieron que retroceder hasta Pampatar y dirigirse entonces por la costa bordeando el cerro de Copei, entrando por San Juan, y presentarse al oeste del Puerto del Norte, Juan Griego, como se representa en la tercera lámina.” Dice además el autor del trabajo: “Estas tres láminas son las primeras representaciones pictóricas que se tienen de Margarita, aparte de otras referencias cartográficas. Su dibujante, J.Espejo fue bastante minucioso, como era además su deber y su función, en describir los contornos del paisaje. En la vista de la flota , frente a Guamache, se observan los Cerros de Macanao , las Tetas de María Guevara, lo ralo de la vegetación y lo ancho y acogedor de la bahía. En la lámina de Juan Griego, mojada parte de la flota en la amplia bahía, en el lado izquierdo de la vista, tomada desde abordo , de oeste a este, figura nítidamente dibujado el pequeño cerro donde se hallaba el fortín y sobre el cual ondeaba nuestra bandera tricolor.” (8 de agosto de 1817)
Magnífico trabajo éste del historiador Alfredo Boulton.( Su artículo está complementado con fieles reproducciones de las láminas antes mencionadas). En tiempos en que no había sido inventada aún la fotografía, resulta emocionante repasar todos los detalles que el fino artista Espejo llegó a captar con sus magistrales pinceles. Interesante es observar en las láminas el aspecto majestuoso y limpio de los buques de guerra, en especial las corbetas y los bergantines, cada uno mostrando desnudos sus airosos mástiles y su intrincada cabuyería, Comparar por ejemplo las diferencias de tamaño y aspecto existentes entre los buques mayores, y las esbeltas goletas de guerra con sus dos mástiles y sus sencillas baterías artilleras y las” flacas” flecheras de aparente fragilidad portando un solo mástil y sus pequeños cañones montados en “colisa”. Y la corbeta “Diamante” vista en la distancia cerca de la costa, rodeada de nubes de humo, como bocanadas que se supone producen sus cañones al disparar para batir o ablandar las defensas de tierra, garantizando apoyo directo y protección oportuna a las fuerzas de desembarco. Lo más curioso de todo, es el órden y la precisión marinera que en primer plano se puede observar. Tal vez exceso de idealismo en un asunto que normalmente solía presentar fallas de coordinación y maniobras ejecutadas con retardos y equivocaciones. Aceptémos que las láminas surgieron de un boceto tomado a mano alzada y que la obra terminada fue producto de un trabajo mucho mas cuidadoso de arte y técnica pictórica donde el perfeccionismo del autor debió jugar un importante papel. Recuérdese otra vez, que en 1817 no existía la fotografía. ( ) Lo que si no se logra observar- curiosamente- es la presencia de velas desplegadas en ninguna de las naves mayores, ni marineros montados en sus arboladuras trabajando con algunas de ellas. Solamente en pocas naves de las de menor porte (flecheras) se pueden divisar algunas velas en uso, señal de que se están desplazando de un lado a otro, tal vez actuando como elementos de enlace En todas las demás naves se nota que están aferradas al ancla, reposando plácidamente en aguas tranquilas, sin ninguna clase de precaución por cierto. En este caso, há debido de mantenerse por lo menos un buque de guardia, con su velamen en posición de facha y sus tripulaciones listas para reaccionar contra cualquier incursión procedente desde el mar, considerando que en aguas cercanas operaban fuerzas navales enemigas. A menos que hubiese existido alguno de estos buques de vigilancia estacionado atrás, fuera del alcance visual del observador.
Una cañonera en primer plano, especie de piragua muy larga con su mástil sencillo y primitivo, portando en su cubierta un inmenso cañòn (de donde deriva su nombre) y una limpia tripulación de remeros perfectamente uniformados , cuyo número incluyendo al timonel no deja de totalizar por lo menos unos 50 efectivos.En el centro del cuadro-también en primer plano- una especie de pontón o gabarra, remolcadpor una lancha con remeros y colocados sobre dicho pontón tres cañones de campaña con sus respectivos barriles de pólvora, sus herramientas y sus cajones de granadas. Al lado de los cañones, soldados de artillería correctamente uniformados de un gris oscuro con sus morriones que muestran sus adornos ( crestas) de color rojo. Alrededor de ellos en el agua, otras diversas embarcaciones remolcadas, cargadas de soldados con rumbo a la costa. Y apenas visibles en las cubiertas de las corbetas y de los bergantines, muchos soldados parados en la borda, esperando posiblemente su turno para descender a los botes que deberán llevarlos a la playa. No se muestran indicios de que allí se estuvieran desembarcando caballos, cuando se supone que estos animales eran indispensables para cumplir ciertas tareas pesadas, para efectuar reconocimientos iniciales o por lo menos para remolcar las piezas de artillería con toda su impedimenta. El hecho que no se vieran en las láminas, no significa que no los hubieran llevado consigo.En esa época los buques de guerra de cierto tamaño solían tener en su interior “bodegas-establos” para transportar en ellas caballos, mulas o ganado de cualquier tipo. Era la única forma de traerlos desde Europa a América.
Cada lámina tiene grabada en el margen inferior su respectiva explicación del evento.La primera de ellas por ejemplo señala: “VENEZUELA. Vista del desembarco de tropas españolas en la Punta de Mangles en la Isla Margarita , a las órdenes del Teniente General Conde de Cartagena y Marqués de la Puerta , D. PABLO MORILLO, y las fuerzas navales a las del Capitán de Fragata D.JOSE MARIA CHACON, el 13 de julio de 1817 “.
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