viernes, 26 de septiembre de 2008

ARMADA 3




La armada antigua. La vida abordo

Cuando se señala que la vida abordo en los buques ingleses era relativamente aceptable en comparación con los barcos de otras marinas, existe la tendencia a pensar que era idílica, llena de aventuras y de placer. Muy lejos de eso, era por el contrario una experiencia ruda , laboriosa y exigente, sometida absolutamente a las leyes militares y a los deseos de los superiores jerárquicos , con muy poca oportunidad de apelación. La rudeza del trato británico hacia su propia marinería es legendaria sobre todo por el grado de severidad aplicado en todas las circunstancias , mucho mayor por cierto cuando se entraba en batalla o en el curso de ella. Ser la primera marina del mundo debía tener sus costos, costos muy elevados por cierto, que se reflejaban en el sistema de reclutamiento que era forzoso en cualquier puerto del Reino- o en alta mar de entre los marinos de buques mercantes- sin que existieran miramientos ni consideraciones humanas en la aplicación de castigos que podrían llegar a extremos increíbles , como por ejemplo bárbaras sesiones de latigazos asegurados al palo mayor o al trinquete o a la mesana o a cualquier palo si fuera necesario, el paso forzado y lento por debajo de la quilla, sumergiéndolos por un costado y sacándolos por el opuesto, asegurados firmemente a unas cuerdas guías , con una pesa de varios kilos amarrada al cuerpo para que no flotara , así no se atascaría en el fondo del buque ni se laceraría exageradamente el cuerpo con las asperezas coralinas allí existentes, repitiéndose este proceso tantas veces como fuese la decisión del Comandante. Si el individuo se ahogaba eran cosas de él por estar respirando antes de tiempo.
Otros infelices eran izados por los brazos o por los pies de las vergas mas altas y dejados ahí padeciendo de hambre y sed por largos períodos, algunos-los incorregibles-eran condenados a pasar días, semanas, meses y hasta años confinados a pan y agua en oscuras y malolientes mazmorras llenas de ratas, cucarachas , gusanos y otras alimañas, hasta casos extremos como la sumaria ejecución por ahorcamiento o fusilamiento en caso de delitos graves, como podría ser pegarle alevosamente a un oficial , ser acusado de cobardía en el combate, desobedecer una órden crucial , abandonar su puesto de guardia o desertar frente al enemigo, entre otras cosas. Para ejercer la policía de abordo frente a los comunes desmanes de una marinería revoltosa casi por definición, el capitan de la nave contaba con la guarnición deInfanteria de Marina , que aunque escasa, portaba armas constantemente y dependía directamente del mismo capitan através de los oficiales del Cuerpo, nunca a través de superiores de otras ramas. Así se garantizaba su fidelidad única rigida yexclusiva , para que nadie pudiera utilizar a los "marines"en actividades contrarias a la voluntad del Comandante. De ser posible , se procuraba prohibir la fraternización de los soldados con los marineros, evitando así que en caso de motines - que por la rudeza del sistema sucedían a menudo en la marina británica-los infantes tomaran parte a favor de los marineros alzados. Hacerlo así en mala hora equivalía a alta traición y la pena única era de muerte, castigo que podía aplicarse de inmediato para servir como advertencia a los demás. Esto no sorprendía a nadie abordo, porque al ingresar al servicio todo individuo de tropa o de marinería recibía una detallada información (cantar la cartilla) sobre los procedimientos vigentes y las consecuencias derivadas del mal comportamiento. Aquel que lo hacía corría sus propios riesgos y sin duda se jugaba la vida, nada menos que eso. De nada podrían valer falsos pretextos de locura o de súbita indignación, o reacción contra maltratos , mucho menos algunas excusas de borrachera extrema o alucinaciones por el calor del trópico. Los arrepentimientos tardíos no podían ser tomados en cuenta para rebajar la pena. Se castigaba primero y se averiguaba después.
Si se dijo antes que los marinos ingleses eran entre todos los mejor tratados, alimentados y adiestrados, considerados con sus méritos y virtudes, protegidos por las ordenanzas reales etc, y enfrentaban sin embargo esta cruda realidad , ¿que podría decirse entonces de otras marinas donde el nivel de desarrollo era mucho menor que el alcanzado por los ingleses y donde las tradiciones navales eran vagas, inexistentes o expresamente ignoradas?. Además existía en esos tiempos -como ahora-la inefable corrupción, una circunstancia supremamente dañina relajante para cualquier entidad que fuese pública o privada. El lector puede sacar sus propias conclusiones.
La vida de abordo evolucionaba de acuerdo con la época, con las necesidades y las costumbres , algunas tradiciones arrastradas de generación en generación daban un toque especial al comportamiento de las tripulaciones dependiendo cual fuera su orígen. Las tripulaciones inglesas eran diferentes de las españolas, francesas, portuguesas u holandesas, como diferentes eran las personas naturales de los respectivos países. Pero además, la vida abordo de un buque de guerra era una cosa muy distinta a aquella vida que llevaban los campesinos, o los obreros o la clase burguesa de los respectivos lugares. La vida de los marinos-comparada con los civiles en tierra-podría ser penosa y exigente, dura y obligante, pero al menos tenían casa y comida aseguradas, de mala calidad algunas veces dependiendo de la situación , pero religiosa y puntualmente suministrada.

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