martes, 13 de abril de 2010

ARMADA 86












Fortin del Morro (abajo) Monumento a Eulalia Buroz (arriba) Ruinas de la Casa Fuerte (centro)

El Morro de Barcelona.
Al amanecer del 18 de febrero de 1817 apareció nuevamente la escuadrilla realista de Chacón en plan de ataque. El asalto lo dirigió esta vez- personalmente- el teniente de fragata José Guerrero, quien al frente de un grupo de incursores y apoyado por la artillería de sus buques, heroicamente se acercó a la línea de las flecheras patriotas, arremetió contra ellas y logró apresar una embarcación dominando a sus tripulantes. Luego se retiró en órden con su presa acompañado de su mismo destacamento, desembarcó en el Morro,asaltó el fuerte,desalojó a sus defensores e inutilizó el cañón que allí estaba emplazado.
Una fuerte columna de refuerzo fué enviada por Bolívar contra la incursión realista, por eso Guerrero optó por retirarse, reembarcando a su gente y abandonando la flechera que había capturado. El fuerte de El Morro fué recuperado nuevamente por los patriotas de la columna .
El día siguiente (19 de febrero) Guerrero intentó un nuevo desembarco pero esta vez se estrelló contra la defensa republicana establecida en el Morro mientras soportaba los cañonazos procedentes de los buques de Antonio Díaz. Los españoles sufrieron muchas bajas y desistieron por los momentos de su ataque al Morro.
El capitán Chacón decidió comisionar a Guerrero con sus pequeños buques a Cumaná a solicitar nuevos refuerzos, mientras que él mismo permanecía con sus buques mayores bloqueando la costa. Entretanto el brigader Del Real acercó su ejército a Barcelona ( 21 de febrero), ocupando una nueva posición en El Juncal donde suponía tener mayores ventajas para su plan de ataque y de donde sus comunicaciones con las fuerzas navales podrían ser mas expeditas.

Frente a los preparativos de los realistas, Bolivar se convenció de que el ataque se produciría de un momento a otro. Ante esta circunstancia, ordenó evacuar la fortificación del Morro y concentrar todas las fuerzas dentro del perímetro de la ciudad. Con todo eso,se percataba del grave peligro que corría, pues sabía claramente que sus fuerzas no serían lo suficientemente adecuadas para rechazar el ataque de los realistas, por lo que continuaba aferrándose a la ayuda de Mariño como su única salvación.
El 28 de febrero de 1817 los realistas efectuaron un desembarco masivo en el Morro de Barcelona aprovechando su abandono por los patriotas. Allí construyeron algunos atricheramientos e instalaron una batería en el istmo , protegida por una estacada y un foso abierto transversalmente.
El avance español por tierra no progresó con suficiente rapidez, le faltó agresividad y “garra” al general Del Real. El ataque que esperaba Bolívar “en cualquier momento” no se llegó a efectuar. En lugar de atacar de una vez, los españoles,sabiendo de la llegada de refuerzos para los patriotas, retrocedieron hacia Píritu.
En cuanto a la posesión del Morro por las fuerzas realistas, se creyó ahora oportuno terminar con ella y de una vez por todas. Durante los días 2 y 3 de marzo de 1817, los republicanos ejecutaron un contra-ataque coordinado con fuerzas de mar y de tierra.Una columna de infantería de marina, al mando del capitán de fragata Agustin Armario atacó de frente a lo largo del istmo haciendo retroceder a los españoles hacia lo alto del Morro, mientras que las flecheras de Antonio Díaz, bajo fuego de artillería, desembarcaban tropas por uno de los flancos. Los ocupantes realistas tácticamente superados, fueron obligados a retirarse, embarcándose con muchas dificultades y sufriendo pérdidas importantes. La escuadrilla de Chacón , esta vez sensiblemente magullada, optó por refugiarse en la cercana Cumaná.

Los auxilios de Mariño.
Mariño después de plantear por adelantado algunas condiciones a su favor, decidió por fin acudir en ayuda de la amenazada Barcelona. Avanzó rápidamente con 1200 efectivos y después de obligar a las tropas españolas a retroceder hacia Píritu, entró en Barcelona a tiempo “para rescatar” al acosado Jefe Supremo. La ejecución de esta maniobra le correspondió personalmente al general José Francisco Bermúdez, quien desde ese momento aceptó una definitiva reconciliación con el Libertador, de quien había estado distanciado desde los sucesos de Güiria, aquel 22 de agosto de 1816. Nunca más se presentaría rompimiento entre ellos.

Poco después Mariño entró en desacuerdos con Bolivar en relación a la continuación de las operaciones y respecto al destino y empleo de las tropas por ellos reunidas. No habiendo entendimiento entre ambos jefes, Mariño arrogante optó por retirarse con sus fuerzas, dejando a Bolívar obrando por su propia cuenta.
Barcelona continuaba amenazada, esta vez por el brigadier Juan Aldama, un militar experto,reconocido por su ferocidad, y que había sido designado por Morillo para comandar ese mismo ejército, en reemplazo del brigadier Del Real, aparentemente relevado del mando por incompetente. Antes que a Aldama para asumir ese cargo, Morillo había propuesto al veterano brigadier Morales, sin embargo esta última proposiciòn fue "protestada" por el ejército, que no mostraba en esos momentos, ninguna aceptación o simpatía por el candidato(*).

Bolivar se retira hacia el sur.
Nuevamente ignorado por Mariño, el Libertador decidió ausentarse de Barcelona. El 25 de marzo de 1817 salió hacia el sur, buscando reunirse con Piar en Guayana.
La ”Casa Fuerte” fue dejada bajo la responsabilidad del general Pedro María Freites (**), quien valiente y voluntariamente se ofreció a mantener la pequeña guarnición , confiando principalmente en los auxilios que supuesta y oportunamente habrían de prestarle las fuerzas de Santiago Mariño.
La escuadrilla sutil del capitán Antonio Díaz que hasta ahora había defendido las bocas del Neverí, debió desplazarse hacia Margarita a ponerse a las órdenes del Almirante Brión, quien lo necesitaba con urgencia pues estaba organizando la gran expedición hacia el Orinoco.

Toma de la Casa Fuerte.
La plaza de Barcelona finalmentse es atacada con extremada fiereza por las tropas de Aldama,quienes a “toque de degüello” ni piden ni dán cuartel. Conociendo la suerte que les espera, los defensores no tienen mas remedio que luchar hasta el final. Condenados como están, de nada les sirve yá optar por rendirse.
Mariño desde Aragua de Barcelona titubea inexplicablemente en conceder los auxilios suplicados por Freites con marcada desesperación. Al fin -parsimonioso como siempre- decide enviar a Monagas y a Rafael Urdaneta a prestar la ayuda. Pero éstos llegan tarde, demasiado tarde. Después de 5 días de fiera lucha, Aldama había tomado yá la Casa Fuerte a sangre y fuego(7 de abril de 1817), ajusticiando a más de 700 personas concentrados dentro de la fortaleza y a otras 300 refugiadas en las iglesias de la ciudad.


(*) El general realista Morales no era bien visto por las tropas españolas. Se le achacaba la derrota de su división en El Juncal poco tiempo atrás. En el fondo, existía cierto celo de los militares profesionales del ejército respecto a Morales, a quien consideraban un sargentón tropero y rudo formado en los campos de batalla al lado de Boves,sin ninguna preparación formal, pero con perfecto dominio de la guerra en Costa Firme.El hecho de ser natural de las Islas Canarias y nó peninsular, de haber sido pulpero en Piritu y de haber comenzado como soldado raso en Venezuela, lo hacían blanco de maliciosa discriminación entre la selecta oficialidad española que llegó con Morillo. Sin embargo,debe reconocerse que Morales fué el mas eficiente de los generales españoles que actuaron en Venezuela, el más consecuente con su causa y quien se mantuvo luchando por su Rey y su país hasta el final de la guerra. Llegó a ser Capitán General en Venezuela y Mariscal de Campo de los ejércitos reales.Su personalidad era la de un ser extremadamente seco e insociable,solitario, de poco hablar y reacio a fraternizar con sus propios oficiales, de quienes desconfiaba veladamente en lo personal. Recuerda mucho a Juan Vicente Gómez y a sus "generales chopos de piedra", que en algunos casos no sabían ni expresarse correctamente,eran muy poco apegados a los adelantos de las ciencias militares, pero que que en las peleas eran unos ases difíciles de igualar.

(**)Marx continúa echando sombras sobre la conducta de El Libertador. Dice en su escrito yá mencionado que "Por órden de Bolívar se cavaron algunas trincheras inapropiadas para defender contra un ataque serio una guarnición de 1000 hombres. Bolívar abandonó la posición en la noche del 5 de abril, tras comunicar al coronel Freites en quien delegó el mando, que buscaría tropas de refresco y volvería en breve. Freites rechazó un ofrecimiento de capitulación, confiando en las promesas, y después fué degollado por los españoles, al igual que toda la guarnición"

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