martes, 9 de marzo de 2010
ARMADA 64
Boves apunta hacia el centro.
Para colmar la triste situación del país, los males aumentaban con la reaparición de Francisco Tomás Boves que ahora reforzado volvía por sus fueros, a sabiendas que las ventajas estaban de su parte.
Partió otra vez de Calabozo hacia el Centro, esta vez cual un moderno Atila al frente de un formidable ejército de 8000 hombres de guerra, casi todos de caballería, zafios llaneros semi-desnudos y salvajes dispuestos a arrasar con todo lo que encontraran en el camino, con la tácita aceptación de su caudillo,a quien fanáticamente,apodaban "el taita", sin Dios y sin Ley.
Era necesario detener a Boves a cualquier costo, la existencia de la República estaba puesta en la estacada una vez más, como ahoro todo el mundo lo adivinaba.
Bolívar propone a Mariño que para cortarlo se sitúe en Villa de Cura, negándole así la ocupación de la que había sido su base preferida de operaciones. Pero por iniciativa propia Mariño decidió esperarlo en La Puerta por considerar tal vez con razón que el sitio era más ventajoso para bloquearlo y detenerlo. El Libertador aceptó la decisión y se le unió posteriormente.
Primera batalla de La Puerta.
En la conducción de esta batalla prevalecieron el instinto estratégico y la astucia táctica de José Tomás Boves, que parecía dominar la materia. Engañados por las maniobras distraccionistas de éste, y reaccionando en confusión, los patriotas fueron sorprendidos y derrotados totalmente (15 de junio de 1814). Allí perecieron valiosos oficiales de la República, entre ellos los coroneles Antonio María Freites, Diego Jalòn, Antonio Muñoz Tébar y Juan Manuel Aldao.
Tanto Bolívar como Mariño pudieron escapar a duras penas de la debacle dirigiéndose a Caracas con la mayor premura. Aparentemente todo estaba perdido después de La Puerta.
Boves se enseñorea en toda la región, impone su voluntad absoluta y bajo su autoridad permite que se cometen los más grandes crímenes y atropellos contra las poblaciones conquistadas.
En Valencia sobre todo, los realistas se constituyen en un verdadero azote, la plaza que había estado defendida por el coronel Juan de Escalona, debe capitular sin remedio. Resultado de esta capitulaciòn fue el asesinato a sangre fría, a la vista de todos, del gobernador de la ciudad, el Dr. Francisco Espejo muerto a lanzasos en la plaza principal. Con el gobernador tambien murieron de la misma forma noventa ciudadanos de importancia, sesenta y cinco oficiales, y más de trescientos elementos de tropa.
El sitio de Puerto Cabello mantenido hasta ahora por el coronel Luciano D’Elhuyar, deja de existir. Este oficial decide mover sus tropas hacia Ocumare de la Costa y así lo participa al Libertador, quien al saberlo ordena a Brión hacerlos recoger en dos goletas y transladarlos hasta hasta La Guaira para que pudieran contribuír posteriormente en la defensa de Caracas. Llegaron a puerto el día 5 de julio.
Caracas fuera de control.
La capital caería en manos del tirano Boves mas temprano que tarde y nada podría hacer el Libertador por evitarlo. No podía en ese trágico momento esperar auxilios de nadie. Quedarse a defender Caracas, era perder la última oportunidad de reaccion y aceptar sin duda un trágico fin. La ciudad estaba prácticamente sitiada por las avanzadas (hordas irregulares) de Boves que venían desde Ocumare al mando de los guerilleros González y Machado. Al enfrentar una columna realista estacionada en el cercano lugar de Macarao, resultó fusilado el comandante Manuel Zarrasqueta y todos los subalternos que los acompañaban. Algunos honorables ciudadanos que prefirieron no emigrar con el Libertador, entre ellos el Conde de La Granja y el venerable anciano don Manuel Marcano enviados por los habitantes para pedir clemencia, fueron sometidos a torturas y finalmente pasados a machete.
La situación era esta vez mucho más angustiosa que la misma invasiòn de Monteverde dos años atrás. Las masas que un año antes habían vitoreado al Libertador en Capuchinos, ahora portaban banderas negras y rojas,atacaban a los ciudadanos honrados , saqueaban hogares y comerciosa mientras gritaban desaforados en favor del conquistador Boves. La eterna historia de las "turbas" caraqueñas, pescando en río revuelto,provocando el caos en todas partes.
Bolivar decide retirarse.
Ante tremendo dilema prefirió Bolívar ejecutar una inmediata retirada hacia el oriente (Margarita), creyendo encontrar en esa direción-con agua por medio- el respiro que tanto necesitaba para recuperarse y poder mas adelante detener las hordas realistas, o por lo menos para no caer en sus manos.
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