viernes, 12 de marzo de 2010

ARMADA 67

Disensiones tormentosas entre los mandos patriotas.

Bolívar al frente de los trescientos hombres que le quedaban, encontró una Barcelona hostil, casi ganada para los realistas. Decidieron entonces continuar la retirada hacia Cumaná , acompañados de los remanentes de la inmigración que había salido de Caracas.
“Por el pedregoso camino avanzaban los espectros humanos como sonámbulos, hinchados los pies, hambrientos, aterrados. Caían los débiles.Bolívar les alentaba para levantarles el ánimo” (extracto de “Simón Bolívar, mas allá del mito”de Guillermo Ruiz Rivas, pag.249).

En Cumaná las cosas nos estaban mejores. Reinaba el caos por todas partes. Abundaban la anarquía y el terror. Las autoridades civiles casi habían dejado de funcionar y las militares estaban totalmente divididas..
Bolívar se reunió en Cumaná con Santiago Mariño, con José Félix Ribas, Montilla y otros jefes patriotas, para debatir entre ellos cualquier forma de acción que les permitiera recuperar el control perdido. Era realmente difícil encontrar una solución prometedora ante tantas dificultades, mientras que se recibían noticias constantes de que el enemigo se aproximaba, lento pero seguro.

Ribas se mostraba disgustado con el Libertador, su sobrino. Le echaba en cara la derrota de la Villa de Aragua y hasta lo llegó a tildar de cobarde por haberse retirado antes de tiempo.
En pleno debate, como para agravar la situación, se tuvo conocimiento de que José Bianchi, el corsario italiano jefe de la escuadrilla de la República ( * ) se preparaba a partir con sus buques, llevándose sin autorización el tesoro de los patriotas y un considerable parque perteneciente al ejército. Bolívar y Mariño embarcaron inmediatamente (en el “Jove” de Bianchi) navegaron con él y le conminaron a desistir. Al atracar en el puerto de Juangriego, exigieron al marino que devolviera los bienes sustraídos. Ante las argumentaciones válidas expuestas con firmeza por los dos generales, Bianchi accedió a negociar, aceptando devolver los buques y efectos que tenía embarcados, exigiendo solamente para sí en propiedad, dos goletas(la “Colombiana” y el “Centauro”) y un tercio de las joyas del tesoro, como forma de pago por sus servicios que no le habían sido todavía remunerados.
La goleta “Intrépido Bolívar” quedaría para Margarita, la “Carlota”se enviaría al general Ribas (en Carúpano) y la “Cumanesa” viajaría a San Thomas con los emigrados.

La propuesta fué aceptada y el problema quedó zanjado por fin de mutuo acuerdo
Pero las naves que quedaron a Bolivar y Mariño , los bergantines “Arrogante Maturinés”(teniente de fragata Felipe Esteves) y la “Culebra” (alférez de fragata Anselmo Esteves-hermano de Felipe-) no pudieron atracar en Pampatar en busca de agua y provisiones, porque al acercarse a puerto (el 28 de agosto de 1814) fueron recibidos - por órdenes del general Piar, gobernador militar de Margarita - a cañonazo limpio por las baterìas de tierra.
Ambos bergantines tuvieron que retirarse apresuradamente, pues a causa del ataque imprevisto, sufrieron daños de cierta magnitud, incluyendo algunas muertos y heridos dentro de la tripulación.

Bolivar y Mariño en Carúpano.

Bolívar y Mariño debieron regresar con sus buques al puerto de Carúpano el 3 de septiembre de 1814- Allí, al desembarcar fueron arrestados y desarmados por órden de José Félix Ribas además de serles incautado, todo el cargamento que conducían abordo .
En Carúpano estaban ahora concentrados los jefes patriotas, muy interesados en revisar la crítica situación y decidir las acciones que debían tomarse para enfrentar las amenazas de Boves y Morales que avanzaban en Oriente.
Se reunieron (el 2 de septiembre) en asamblea, procediendo a elegir como jefes supremos de la guerra, a José Félix Ribas y a Manuel Piar, al tiempo que declaraban traidores y proscritos a Bolívar y Mariño, a quienes señalaban como "desertores y malos ciudadanos por haberse embarcado, separándose del ejército y abandonando el territorio de Venezuela , ocupado por Morales y Boves". Se llegó inclusive a proponer que fueran condenados, Bolívar al destierro y Mariño a muerte.(Sin embargo por una decisión del mismo Ribas se les permitió, la libertad de movimiento dentro de la ciudad bajo palabra de honor).
Sobre este incidente, Ribas escribía a Martín Tovar Ponte el 9 de septiembre de 1814;”Bolivar y Mariño con los suyos, llegaron a Carúpano acosados del hambre y de la sed, porque carecían de provisiones; allí los sorprendí, arresté sus personas y les quité la plata , pertrechos y fusiles que les habían cabido en suerte; los dejé allí sobre su palabra de honor, pero luego que monté a caballo para venirme, la quebrantaron fugándose con los dos buques de guerra que trajeron (se refiere al “Arrogante Maturinés” y la “Culebra) , corrompiendo a los comandantes de ellos al efecto”

Total desconocimiento a Bolívar y Morillo .

Todo lo anterior era una tramoya. Ribas simulaba ejercer severidad hacia Bolívar y Mariño, ambos en desgracia. Pero no estaba dispuesto a dejarlos caer en manos de Piar en quien adivinaba perversas intenciones hacia ellos. Este,según opinión de Ribas preparaba una intriga para poder liquidarlos en cualquier momento. Por esas razones, antes que Piar llegara a Carúpano como lo tenía anunciado, Ribas dispuso subrepticiamente que los dos jefes se embarcaran y partieran cuanto antes aparentando una fuga. Ese mismo día (el 8 de septiembre) Ribas le entregó personalmente a Bolívar un oficio para ser presentado al presidente del Congreso de Nueva Granada. Allí –entre otras cosas- le plantea Ribas al dignatario neogranadino haber “deliberado, de acuerdo con el general ciudadano Simón Bolívar, que pase éste a ese Gobierno, no solamente para que procure e impetre de él los auxilios que V.E. juzgue bastantes a restaurar lo perdido, sino también para que continúe sus servicios a esa Confederaciòn…..penetrando por Cúcuta hasta encontrar con la división que tenemos por las provincias de Occidente al mando del general
Urdaneta”. Dios, etc..7 de septiembre de 1814. José Felix Ribas”. El incidente de la fuga fué aparentemente un invento de Ribas, para cubrir las apariencias.

Seguramente que Bolívar nunca llegaría a olvidarse del comportamiento de Piar en estos momentos de amargura. El que siembra vientos…recoge tempestades.
Ambos jefes, Bolívar y Mariño, desconocida como fué su autoridad ahora en Venezuela, y perseguidos por sus propios conmilitones, debieron refugiarse primero en Curazao- por poco tiempo- y luego en Cartagena, donde una vez más ofrecieron sus servicios al Congreso de la Nueva Granada.

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