sábado, 27 de marzo de 2010
ARMADA 78
Continúa el Libertador en su periplo.
Sin tener noticias de sus tropas,las que se fueron hasta Choroní, el Libertador nuevamente en Bonaire rumiaba su fracaso y barajaba disyuntivas. ¿ Que hacer ahora ? se preguntaba… ¿Empezar de nuevo? ¿ Donde, cómo y con qué?¿ Si todo se ha perdido en una mala jugada, que camino nos queda por delante ?. Lo primero que cabía suponer ( con cierta razón) era el de la posible derrota de aquellas fuerzas que en Choroní quedaron sin su conducción, a sabiendas que éstas habían tratado de bajar hacia los Valles de Aragua según previas instrucciones suyas, aunque sin conocer a ciencia cierta su suerte final. Considerando la situación del momento y evaluando al enemigo que tenían por delante (nada menos que Morales, el discípulo de Boves) todo presagiaba un desastre. Si esas tropas optaban por rendirse-como parecía probable- la carnicería habría de ser nada menos que espantosa. Sobre esto se tenía yá mucha experiencia.
Bolívar habría deseado poder transladarse a Margarita donde su consecuente aliado Arismendi conservaba aún el control interior. Sinembargo, percatado de que la flota española -ahora numerosa- bloqueba la isla,lo pensó dos veces y se planteó tentativamente que la única forma de acción era infiltrarse un poco mas allá, hasta Güiria donde - según tenía noticias - el general Mariño había logrado obtener ciertas ventajas militares y había podido organizar un pequeño cuerpo de tropas, bien adiestrado y equipado, gracias precisamente a los recursos enviados anteriormente por Bolìvar en la goleta “Diana”.
De Bonaire a Güiria por la ruta larga.
Eso de llegar a Güiria desde Bonaire no resultaba cosa fácil. La marina española era ahora dominante en el sector; después de la llegada de Morillo sobraban barcos buenos para patrullar las aguas en busca de insurgentes.
La única ventaja que presentaba Güiria era su cercanía a la isla de Trinidad, donde los ingleses no se mostraban demasiado tolerantes con la presencia de barcos españoles en el Golfo de Paria y éstos preferían en lo posible no buscarse demasiados problemas incursionando por ese sector,donde la superioridad naval la ejercían los británicos, casi celosamente.
El bergantin “Indio Libre” era un buen buque, de los mejores que ahora tenían los patriotas, era nuevo,ligero y potente. Briòn(en un gesto especial para Bolívar) aceptó separarlo de su propia escuadra y lo comisionó (23 julio 1816) bajo el mando del capitán Puquet para prestar servicio como unidad insignia de la escuadrilla de Margarita,asignando al capitán de navío Juan Bautista Bideau el cargo de Comandante General de Marina en oriente,con jurisdicciòn efectiva desde Margarita hasta Güiria, y conservando su puesto general de mando abordo del“Indio Libre”. Un premio a su probada lealtad en Ocumare.
Forzosamente debió Bolívar decidirse por Güiria, como que no había otra salida. El 28de julio de 1816 se recibió en Bonaire una órden del gobernador de las islas holandesas(vicealmirante Kikkert) para que los buques “Indio Libre” (capitán Puquet, con Bolívar y Bideau abordo) y “Brión (capitán Antonio Rosales, con el general Bermúdez abordo) abandonaran la isla en un lapso de 24 horas(por presiones del gobierno español, se supone).
Zarparon pues ambas embarcaciones al siguiente día (29 de julio de 1816) y sin previa coordinación tomaron rutas diferentes,el “Indio Libre” debió tocar subrepticiamente en Punta Macoya(Paraguaná) para obtener algunos abastecimientos ( carne de chivo, algunos plátanos y escasos toneles de agua dulce),luego rumbo al noroeste recalando(también subrepticiamente)el 5 de agosto de 1816 en la Isla de Vieques cercana a Puerto Rico y finalmente sur-sureste apuntando hacia Güiria por rutas extraviadas escogidas a propósito. A Gúiria arriban por fin el 16 de agosto de 1816.
El motín de Güiria.
Después de toda aquella odisea vivida en latitudes lejanas para llegar indirectamente desde Bonaire a Güiria, cuando se creía por fin haber alcanzado un territorio amigable, un refugio seguro para poder descansar un poco de las azarosas experiencias de los últimos treinta y dos días,los ilustres viajeros debieron sufrir otra decepción, una más dentro de una larga cadena de contratiempos.
Como que no faltaba más. A Güiria precisamente há arribado unas horas antes (en la goleta “Brion” que tambien había sido invitada a salir de Bonaire) nada menos que el general de brigada José Francisco Bermúdez, el mismo que por decisión de el Libertador había sido dejado en tierra en Los Cayos de Haití por haberse comportado extremadamente cizañero y disociador. El mismo Bermúdez a quien Arismendi no había permitido desembarcar en Margarita(el 29 de junio de 1816) por disposiciones expresas del Jefe Supremo y el mismo Bermúdez a quien el Libertador no quiso atender, cuando a bordo de la goleta “Feliz”(capitán Lominé) y "siguiéndole las huellas" se presentó sorpresivamente en Ocumare el 7 de julio de 1816 ( ) pidiéndole por escrito ( y con una humildad poco común en él )el favor de incluírlo como miembro activo de la campaña que allí se iniciaba, comprometiéndose a obedecerle y no causarle problemas en lo sucesivo.
Ahora en Güiria se encontraban de nuevo, esta vez frente a frente. Este personaje Bermúdez, ya colmada su paciencia y dando rienda suelta a su natural intolerancia, no dejaría escapar la oportunidad de desquitarse ante un Bolívar que ahora parecía caído en desgracia.
Por su parte Mariño, un tercer actor en el melodrama, simulaba una indiferencia teatral, como si el problema entre los dos jefes no lo afectara en lo más mìnimo, o como si guardara un interés oculto en las consecuencias de ese conflicto. Teniendo Mariño el mando de las tropas,no hizo nada para oponerse al motín y lo dejó llegar.
Sobre este asunto se han tejido algunas anécdotas,no totalmente confirmadas en cuanto a su veracidad. Se dice que en un primer encuentro el corpulento y furioso Bermúdez levantó en vilo al diminuto Bolívar con intenciones aparentes de estrellarlo contra la pared. Y que Bolívar sin inmutarse, con su característica voz chillona le dijo secamente y mirándolo a los ojos: "General: ¡suélteme o lo fusilo !”. Bermúdez-dicen-que palideció por un instante y obedeciendo como un autómata lo colocó suavemente en tierra, quedándose en posición de firme.
De todos modos, en Güiria se preparaba un total desconocimiento a la autoridad del Jefe Supremo. El día 22 de agosto estalló una asonada entre las tropas , supuestamente instigadas bajo cuerda por un Bermúdez resentido y un Mariño oportunista. Se acusaba a Bolívar de haber arrebatado arbitrariamente a Mariño la primacía en el mando de la pasada expedición y lo más grave, se le tildaba de irresponsable por haber abandonado en Ocumare a sus compañeros expedicionarios.
Ante la situación planteada, Bolívar -sintiéndose en peligro- debió salir apresuradamente,abriéndose paso espada en mano entre las tropas amotinadas que gritaban “abajo Bolívar,que vivan Mariño y Bermúdez”. Encontró refugio en una flechera margariteña que le ofreció respetuoso apoyo,para luego transladarlo a su bergantín “Indio Libre” que estaba fondeado a cierta distancia del puerto.
Bolívar nuevamente en Haití.
Al día siguiente el 23 de agosto de 1816 el “Indio Libre”(Puquet) zarpó con rumbo a Haití,conduciendo abordo al errante Bolívar. Lo acompañaban en su viaje el capitán de navío Juan Bautista Bideau, el capitán de fragata Agustin Gustavo Villaret y los capitanes José Gabriel Pérez y Guillermo Palacios (edecanes). Después de ser duramente castigados en ruta por un fuerte temporal que los azotó por tres días consecutivos, lograron entrar con muchas averías al puerto de Jacmel el día 2 de septiembre de 1816.
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