sábado, 13 de marzo de 2010

ARMADA 68


Monumento a Ribas en La Puerta de Caracas.




La Segunda República sobrevive.

Por mucho que quisieron,la llamada” Segunda República” no llegó a extinguirse esta vez . Bolivar y Mariño debieron ausentarse de Venezuela por razones de fuerza mayor y con ellos lo hicieron tambien 42 oficiales que siempre les fueron incondicionales tanto en el éxito como en la desgracia. Pero el espiritu de lucha continuó intacto en Venezuela. Ribas, Piar, Bermúdez, Monagas, Zaraza, Sucre, Cedeño, Remigio Femayor y otros campeones, procuraron mantener viva la lucha por la libertad, ahora confinados en los limitados espacios del territorio oriental. Por allá en occidente había surgido también un nuevo germen de resistencia liderizado por el general Rafael Urdaneta y un pequeño grupo de patriotas que le secundaban.

Bermúdez al mando.

Ahora, sin más remedio correspondía al general Bermúdez asumir el protagonismo de la guerra en Oriente.Con la ausencia forzada de Mariño, se le consideraba por méritos el más caracterizado para cumplir esta tarea. Después de ser derrotado en Aragua de Barcelona se retiró por la vía de Urica hacia Maturín . Allí logrò organizar un cuerpo de 1500 combatientes que enfrentó al coronel Francisco Tomás Morales quien venía persiguiéndolo al frente de 4000 llaneros realistas.
Con el concurso valioso de los coroneles Manuel Cedeño y Remigio Femayor, Bermúdez infligió el 16 de septiembre de 1814, una flagrante derrota al español Morales, quien dejó mas de 800 muertos y un valioso parque en manos de los patriotas.
El día 23 de septiembre llegó a Maturin procedente de Carúpano, el general José Felix Ribas con 400 hombres que sirvieron de oportuno refuerzo a las tropas de Bermúdez. Ambos jefes unieron sus fuerzas al principio pero luego las volvieron a desunir por desacuerdos surgidos entre ellos por cuestiones inoportunas de prelación y antigüedad.

Batalla de Los Magueyes.
Bermúdez con su propio ejército salió al encuentro de Boves que venía desde Cumaná por la vía de Guanaguana. Para evitar que éste se juntara con Morales en Urica se prefirió con sano juicio, adelantar el encuentro, aún en condiciones no favorables. En el sitio de Los Magueyes se produjo el combate, quedando la victoria para Boves. Bermúdez derrotado (por agotamiento de municiones ) debió regresar a Maturin donde se reunió nuevamente con Ribas.

Batalla de Urica. Muerte de Boves
Ahora si, integrados ambos contingentes bajo el mando de Ribas, salieron a buscar a Boves que yá se había juntado con Morales por los lados de Urica. Se dió la batalla y los patriotas fueron derrotados. Aunque Boves murió luchando bravamente en el sitio, Morales logró completar el triunfo de los realistas.
Con Urica se acabaron las batallas del año 1814. Una última resistencia en Maturín fué efímera y desgraciada. Ahora los españoles volvían a dominar casi totalmente en Venezuela, con excepción de la isla de Margarita, donde Arismendi conservaba todavía-a duras penas- una tímida y tenue presencia republicana.

Bermúdez escapa de sus perseguidores.
Bermúdez para salvarse, se separó de Ribas internándose en las montañas del río Tigre con algunos seguidores. Trajinando el Delta pudo llegar finalmente a Güiria donde se preparó para continuar resistiendo.Con sus guerrillas estableció un esquema defensivo en las cercanías del pueblo de Soro, allí debió enfrentar los ataques del teniente de navío Juan Gabasso, que comandaba una avanzadilla del ejército de Morales.
No pudiendo sostenerse Bermúdez por más tiempo ante las poderosas embestidas del mismo Morales ya llegado a la zona, decidió el 16 de febrero de 1815 embarcarse furtivamente en Guiria y junto con su guardia de honor buscó refugio en Margarita, desde donde tuvo que partir más tarde - ahora hacia Cartagena - al presentarse Morillo a esa isla con su gran expedición.

Muerte de Ribas.
El general Ribas por su parte también se internó en las montañas tratando de encontrar salida hacia los llanos centrales. No corrió con suerte, fué denunciado a los españoles por un negro esclavo y apresado en las cercanías de Tucupido, resultando mal herido al intentar resistir al arresto. Poco después en ese mismo lugar fué bárbaramente ultimado, su cabeza le fue cortada para exponerla- frita en aceite de Castilla- primero en Barcelona y luego en Caracas donde las turbas fanatizadas (las mismas turbas caraqueñas de siempre portando banderas de Boves) celebraban complacidas una especie de carnaval ante el macabro espectáculo.

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