martes, 23 de marzo de 2010

ARMADA 77











Vicealmirante Albert Kikkert gobernador general de Curazao(izq) y Almirante Luis Brión(der). Fachada de Fort Amsterdam, Willemstad, Curazao (arriba)



El pánico de Ocumare. ( La rota de Ocumare)

En el puerto de Ocumare há cundido el pánico al saber la noticia, todos los allí presentes creen que yá, en un instante van a caer en manos de los españoles lo que significaría según ellos, la muerte segura. Los capitanes corsarios de la escuadrilla, actuando sin órdenes ni concierto deciden por su propia cuenta embarcar apresuradamente lo que la urgencia les permita( personas civiles y abastecimientos principalmente) para luego levar anclas y hacerse a la mar.
Cuando Bolívar acude al puerto se percata con gran alarma de que un caos total reina el el embarcadero,todos mandan, nadie obedece, los barcos se están marchando y lo hán dejado solo,con apenas una pequeña escolta. Al principio no logra entender lo que está sucediendo. Grita, ordena, gesticula y señala con furia inaudita. Se dice que en su desesperación e impotencia , totalmente desconcertado y fuera de sí, estuvo a punto de suicidarse con su pistola (*), a sabiendas de que no podía darse el lujo de perder su valioso parque y mucho menos de que éste cayera en manos del feroz Morales.
Por pura casualidad, uno de los capitanes de los buques que se estaban retirando , el capitán de navío Juan Bautista Bideau (o Videau) (**) al reconocerlo desde lejos, responsablemente regresó a la playa en una pequeña embarcación procediendo a llevarlo con él a bordo del bergantín “Indio Libre” (14 de julio de 1816).
Hasta ahora la vida de Bolívar es y há sido un laberinto de complicaciones, con calamidades y fracasos que se presentan casi en sucesión matemática, como si los estuvieran llamando. Suficientes serían esos acontecimientos para derrumbar estruendosamente al espíritu más templado. Sin embargo el Libertador estaba hecho de una fibra inquebrantable, que sabía sobreponer una coraza de acero a cada dificultad que se fuese presentando. En eso estriba su grandeza, es su constancia precisamente la cualidad que lo hace diferente a todos los demás y que le permite emerger airoso frente a los imprevistos.

La escuadrilla se retira a Bonaire.
Los corsarios de la escuadrilla zarparon hacia el fondeadero de Bonaire , allí al menos disfrutarían de una sensación de seguridad. Ante el aparente fracaso de las fuerzas de tierra, era poco lo que podían hacer permaneciendo allí, flotando como "patos indefensos" frente a un enemigo que-como creían- venía "arrasando con todo", a sabiendas además de que la escuadrilla realista había estado reforzando su presencia en esas aguas, por lo que no tardaría mucho en presentarse con planes de pelea.
Los últimos buques que todavía pugnaban por retirar la carga varada en la playa, eran los dos transportes mercantes y eso lo hacían intimidados bajo la presión de Bolívar(ya embarcado)en el “Indio Libre” cuyos cañones los apuntaban a corta distancia para preveer cualquier artimaña. Llegada la noche y por causa de la obscuridad, se desistió de continuar cargando el material, los tres buques se retiraron a pasar la noche convenientemente separados del puerto. Aquellos materiales que quedaban todavía en tierra podrían darse como perdidos. En efecto, fueron apropiados más adelante , al llegar las tropas de Morales.
Cuando amaneció, Bolívar ordena que el bergantín se dirija a Choroní seguido de los transportes. Estos simulan cumplir la órden pero pronto por su cuenta tuercen su rumbo mar afuera y enfilan hacia Bonaire, pese a las conminaciones repetidas que se les hacen para seguir al buque de guerra. De nada valieron algunos cañonazos disparados por el “Indio Libre” intentando lograr su obediencia.
Creyendo que se escapaban para adueñarse de la carga (recordando a Bianchi en Cumaná) el Libertador ordena perseguirlos y logran darles alcance en el propio Bonaire ( 16 de julio de 1816) donde también estaba llegando Brión con su escuadrilla que acababa de suspender el bloqueo en el puerto de La Guaira. En Bonaire entre Brión y Bolívar consiguen bajo amenaza de la fuerza que los pertrechos sean devueltos y depositados ahora en los buques de Brión.
Una vez recuperado el valioso parque( menos la pequeña parte abandonada en Ocumare), el Jefe Supremo manifiesta su decisión de regresar a Choroní con la esperanza de reunirse con su ejército, ponerse al frente de sus tropas y llevarles los necesarios pertrechos y provisiones. Hacia allá se dirige (enviado por Brión en la "General Mariño”) pero no le es posible desembarcar(20 de julio de 1816 ) porque yá Choroní está ocupado por los españoles. Frustrado ante un hecho cumplido, opta entonces por regresar a Bonaire donde Brión muy angustiado los espera.

Brion en gestiones diplomáticas.
Estando en Bonaire, Bolívar decide comisionar al Almirante,(en compañía de Beluche y Villaret) para gestionar en México y en los Estados Unidos, créditos, buques, armas y dinero que le permitan mejorar su escuadra en mal estado y reponer las pérdidas sufridas en esta fallida campaña de Ocumare. Antes de éste acontecimiento, Brión, (investido por Bolívar con representación plenipotenciaria de la República) había visitado con su escuadrilla (14 de julio de 1816) al gobernador general de Curazao, el vice-almirante holandés Albert Kikkert(***),conduciendo dos cartas,una de Simón Bolívar , Jefe Supremo de la República de Venezuela y la otra de su propia persona en su carácter de almirante de la República-solicitando permiso para bajar a tierra y ser recibido formalmente por las autoridades..
El gobernador Kikkert le concedió el permiso para bajar a tierra, pero señalaba no poderlo reconocer como almirante de Venezuela “en vista de que la República de Venezuela todavía no es conocida en el Reino de los Países Bajos, sin embargo si Vuestra Señoría desea conversar conmigo como un particular sin comitiva, le permitiré venir a tierra con la lancha del piloto”.
Así sucedió en efecto, Brión fue recibido con la debida cortesía por el magistrado holandés en su despacho del Fuerte Amsterdam(Willemstad). Allí fué que procedió Brión a entregarle la carta enviada por El Libertador. Brión aprovechó también-con autorización de Kikkert- de visitar su familia residenciada en un sector de la ciudad .
Pese al carácter ”privado“ que se intentó dar a la visita,la noticia del evento se extendió rápidamente por toda la isla. El gobierno español elevó más tarde una protesta ante el de Holanda por las atenciones brindadas en Curazao al “perverso”(sic) Brión, lo que costó una fuerte reprimenda al señor Kikkert.
Como puede observarse,esta tímida gestión diplomática de Bolívar por intermedio del almirante Brión no tuvo el menor éxito. La influencia del viejo imperio
español en América era todavía considerable, a pesar de los ingleses y del constante deterioro y degradación que por casi un siglo había venído arrastrando como potencia mundial.


(*)Bolívar mismo llegó a confesarlo.En una carta a su amigo Don José Fernández Madrid (1830)le decía:"Iba a darme un pistoletazo, cuando uno de ellos (Mr.BIDEAU) volvió del mar en un bote y me tomó para salvarme".

(**)Juan Bautista Bideau,capitán de navío, nació en Port Castries, Isla de Santa Lucia en 1780. Murió combatiendo heroicamente en la Casa Fuerte de Barcelona en 1817.

(***) Albert Kikkert es famoso porque siendo gobernador general de Curazao, ordenó en 1817 pintar todas las casas de color pastel, porque el color blanco le causaba dolores de cabeza.Desde entonces se han mantenido esos colores.


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