domingo, 14 de febrero de 2010

ARMADA 33

Emperador Jacques I (Dessalines)



Miranda Precursor.
La situación en Jacmel se torna delicada y difícil..


La situación del “Leander”se estaba tornando muy delicada y difícil a medida que se prolongaba su estancia en Jacmel. Primero, las autoridades haitianas del “Emperador Negro” (como se hacìa llamar el gobernante Jean Jacques Dessalines)(*) no se mostraban muy agradadas con la presencia injustificada de ese buque revoltoso dentro de su jurisdición. Se le había conminado a cumplir con las reglas establecidas en todo puerto como era por ejemplo la obligación de registrarse en la aduana, y el “Leander” habia hecho caso omiso de la advertencia, dando largas al asunto. Esa actitud lo hacìa muy sospechoso e incómodo ante las autoridades portuarias. Si los haitianos no reaccionaron con severidad se debió posiblemente al hecho de no poseer el suficiente poder coercitivo ante una nave armada en guerra y con remarcadas ínfulas de autosuficiencia y capacidad, o tal vez a influencias encubiertas que no se podían conocer por ahora.
Un segundo motivo de preocupación para los expedicionarios del “Leander”era la persistente presencia de una extraña goleta armada que intermitentemente iba y venía con apariencias de estar vigilando desde cierta distancia las actividades desarrolladas por el bergantín.
Se tenía la remota sospecha de que era algún corsario francés de las colonias cercanas y que por lo visto se limitaba a hostigar a distancia sin atreverse a acercarse demasiado al hostil territorio haitiano y a sabiendas además de que el “Leander” tenía la posibilidad de poder desplegar un mayor poder de fuego y al percatarse que permanentemente el buque se mostraba como en estado de “zafarrancho”, siendo imposible que se dejara sorprender por cualquier intento de abordaje, así fuera de dìa o fuera de noche.
Tal condición de vigilancia y alerta constante estaba produciendo dentro de todo el personal abordo, una marcada sensación de fatiga y desgaste, prolongar ese estado de cosas estaba resultando ya insostenible.
Todos estàn de mal carácter, unos temerosos y confundidos, otros arrepentidos y los màs,lógicamente disgustados por la escasa informaciòn que reciben a través de sus mandos naturales. La impresiòn que ellos tienen es que algo grave se les está queriendo ocultar.
Se propalan muchos rumores,la mayorìa de ellos pesimistas en extremo. Se repite la misma conseja de que el “Leander” y las goletas acompañantes están siendo buscadas por todo el Caribe,por españoles, americanos y franceses, acusados de piratería.
Tambièn se hà corrido la voz de que precisamente los Estados Unidos han enviado dos fragatas en persecuciòn del “Leander” para obligarlo a regresar por la fuerza a ese país. El colmo de los males há llegado, a la vigilancia de la goleta sospechosa se hà agregado otro buque de gran porte, precisamente una fragata de 14 cañones. Si resultara ser francesa por casualidad, el “Leander” podría darse entonces por perdido.Por lo menos-así pensaban- el estar refugiados en un puerto "soberano" les otorgaba cierta protección y alguna sensación de seguridad contra incursiones desde afuera,pero no demasiada a decir verdad, en esos tiempos cuando los asuntos de soberanía haitiana no estaban todavía muy definidos, por lo menos para las potencias europeas dominantes. En todo caso, el problema para el "Leander" estaría después de su salida hacia alta mar.
Estaban dispuestos a luchar es cierto, pero nunca hacerlo en desigualdad de condiciones. ¿Y si resulta ser una nave inglesa que viene con los auxilios esperados por tanto tiempo ?.¡La “Cleopatra” tal vez rebosante de hombres y pertrechos traídos desde Halifax,o desde Jamaica; eso sì que serìa una magnìfica noticia!
Vana ilusión,porque la fragata merodeadora no resultò ser ni francesa ni britànica. Es norteamericana, por fin resueltamente há dejado ver su bandera y hasta sus intenciones.
A la vista de esta nave,la impresión fué mas demoledora aún. Un terror generalizado se corrió por las cubiertas. Lo del rumor se está haciendo realidad- pensaban en su mayoría. "Ahora todos serìan conminados a entregarse por las malas o por las buenas, porque de no hacerlo lanzarían un abordaje sin duda y por mucho valor y constancia que los expedicionarios pudieran desplegar serían al final totalmente derrotados por un enemigo superior en capacidad, número y tamaño.”
Todo debido a un engaño, a la mentira y la mala fé de aquellos que los engancharon mansamente y se atrevieron a venderles esa expedición como una aventura heroica, justa, honrada, prometedora de riquezas y a salvo de cualquier peligro, contando además”-según ellos- “con la incondicional anuencia de dos grandes potencias marìtimas en el área,como eran Inglaterra y los Estados Unidos, éstos últimos que ahora parecían haber cambiado de opinión.” Una vez dominados con violencia , de seguro que los llevarían detenidos , presos como peligrosos malhechores para responder allá penalmente por el mas grave tipo de acusacion , vale decir pura, clara y simple “piraterìa” perpetrada en aguas internacionales o lo que sería peor, en aguas ajenas”. “La piratería no olvidarlo, era todavía un delito capital”. Si los actos no eran calificados como piratería, por lo menos lo serían como vulgar filibusterismo que también era considerado como grave delito y podría acarrear parecidas sanciones.
Sabían ellos ahora que tampoco podrían considerarses técnicamente corsarios, porque para serlo necesitarían poseer y mostrar una Patente de Corso expedida por un Estado reconocido, teniendo además el derecho y la obligaciòn de enarbolar la bandera de ese Estado que los representaba. En un caso como ese, se podría decir que los corsarios eran piratas legalizados y hasta cierto punto personas honorables, mientras que los filibusteros ( hacìendo la guerra por propia iniciativa e interés )no lo eran en absoluto y podían ser perseguidos por todos. También llegaron a pensar que seguramente el gobierno español, con todo derecho habría ejercido fuertes presiones ante el de los Estados Unidos para que a los infractores de la vigente Ley de las Naciones, se les detuviera y se les aplicara sin pérdida de tiempo, el merecido castigo.En eso no estaban equivocados.

El tan rumoreado abordaje no se efectuó, los buques “intrusos” parece que decidieron dar por terminada su labor de vigilancia. Uno detrás de otro izaron sus velas y se marcharon por donde mismo habìan venido. Ahora que no habìan problemas a la vista era el momento de escabullirse, no fuera a ser que de pronto cambiaran de opinión y regresaran a buscarlos.
Miranda por su parte se cansó de esperar a la supuesta ayuda prometida de la “Cleopatra” o de cualquier otro buque inglés. Ya se había cumplido mas de un mes de “incomodísima” permanencia en ese puerto de Jacmel. Nada de lo planificado se habìa conseguido, ni aumentar el poderìo militar con un supuesto “regimiento de mulatos haitianos” ni con los recursos materiales que tanto habìan prometido.-segùn Miranda – enviar los representantes del gobierno inglès.
Lo menos que podrìa suceder si se continuaba alimentando tantas demoras, era que los españoles tuvieran tiempo suficiente para alertar a sus colonias sobre una potencial invasión. Así estaba sucediendo en efecto, cada dìa que pasaba los españoles se preparaban mejor tanto en tierra como en sus fronteras marítimas. El alerta habìa sido diseminado oportunamente , la actividad de ellos era por todas partes enérgica y decidida. Cubrir grandes extensiones de costa era muy difícil por carencia de suficiente personal y pertrechos, pero con una activa vigilancia y adecuada preparaciòn esperaban detectar a tiempo el “que, como, cuando y donde" del ataque y asì reaccionar oportunamente para detenerlo. Con que enemigos debían enfrentarse era algo que ahora estaba bien definido. En realidad sabían que no eran muchos ni eran gran cosa.
El espionaje español habìa podido determinar con cierto margen de precisiòn, que un mal armado bergantìn y unas cuantas docenas de soldados bisoños no podìan hacer mucho daño en el dispositivo de defensa. Algunas molestias quizás que fácilmente podrían ser corregidas. Podría existir sí, la posibilidad de apoyo a los invasores por parte de alguna potencia interesada (Inglaterra por definición) pero aún esa posibilidad era poco probable.
En cuanto a la ayuda americana , esta podía descartarse de plano ya que el propio gobierno de Estados Unidos se habìa comprometido formalmente a negar cualquier ayuda a los enemigos de España e inclusive a perseguir y acusar penalmente a aquellos individuos o grupos que abierta o encubiertamente pretendieran utilizar el territorio norteamericano para preparar ataques contra sus colonias. Este era precisamente el caso del bergantin "Leander", por eso tantas precauciones y nerviosismo, de parte del general Miranda y del capitán Lewis quien ante la ley internacional, era el responsable por lo que hiciera su buque.


(*) Dessalines,Jean Jacques. Antiguo esclavo haitiano nacido en Guinea,que proclamó la independencia del país y se erigió como emperador Jacobo I. Murió asesinado en 1806 por ódenes de Petion y Christophe, quienes a au muerte se repartieron el mando del país.











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