Miranda Precursor.
El “Leander “ abandona la lucha con deshonor.
Algo sorpresivo sucedió en este momento. El “Leander”en lugar de acercarse también para el abordaje acordado, lo que hizo fué desplegar mas velas para comenzar a alejarse rápidamente del sitio, dejando a la “Bacchus” y a la “Bee”abandonadas a su propia suerte.
La explicación a esta extraña conducta se basa en suposiciones solamente. La verdad nunca ha sido aclarada en su totalidad. Supuestamente el capitán Lewis del “Leander” al percatarse que los buques españoles no daban lugar para el abordaje, tal como lo había planificado antes, quiso jugar un gambito, simuló huìr para que los guardacostas lo persiguieran . Así podría alejarlos a uno del otro para luego atacarlos separadamente, al detal.
Lo malo, lo pésimo de todo esto es, que el "Leander" nunca regresó a la pelea, pues prefirió "tomar las de villadiego", como alma que lleva el diablo.
Los españoles nada tontos, parecieron adivinar su intención, dejaron que se alejara y no lo persiguieron. Ahora, dueños absolutos del campo podrían concentrar todo su esfuerzo sobre las maltrechas e infortunadas goletas que sin duda les habrían de resultar una tarea extremadamente fácil. Asì sucedió efectivamente.
Miranda Precursor.
El desastre de Ocumare. Captura de las Goletas.
Tanto la “Bacchus” como la “Bee” como se há señalado, navegaban ciñendo el viento , presurosas a cumplir con las instruciones del capitán Lewis. Habían logrado ya colocarse a sotavento de los guardacostas españoles y avanzaban hacia el contacto algo distante todavía, satisfechos porque la maniobra les estaba saliendo de maravilla y muy confiados en que lo mismo estaría haciendo por barlovento el bergantín “Leander”. A simple vista parecía una maniobra peligrosa y difícil, considerando el poder de fuego del “Argos” y el “Celoso”.
Un acercamiento a ellos casi por la línea de proa pensaban que era lo más conveniente, con ese ángulo de aproximación evitarían darle frente a las baterías enemigas y los disparos de parte de aquellos no habrían de ser tan efectivos.
Si los buques españoles optaban por efectuar un viraje para enfrentar sus costados artillados contra las goletas , entonces estarían expuestos por el otro costado a las salvas del “Leander “. Es probable que el razonamiento de los españoles haya sido distinto, -no se sabe- pero lo que si estaba claro para ellos era, que el enemigo a vencer en primer término tendría que ser el “Leander”, el único peligro real, ignorando a las inofensivas goletas o reservándolas para una segunda confrontaciòn si ese fuera el caso.
Por eso ,cuando los ocupantes de las goletas observaron el inexplicable alejamiento del “Leander”cundió en todos ellos un sentimiento de desesperación, muy cercano al pánico.
Virar precipitadamente y tratar de escapar era lo único que les quedaba por hacer y fué lo que hicieron. Por lo menos intentaron hacerlo. Los guardacostas ahora confiados, se abalanzaron sobre ellas considerándolas presa fácil, a sabiendas que el desafío mayor- el bergantín- había desaparecido en lontananza como consecuencia de una muy extraña actitud . Iniciaron la cacería con todos sus recursos desplegados.
La “Bacchus” que había quedado en la retaguardia detrás de la “Bee”, intentó en su retirada aplicar una maniobra evasiva, viró sorpresivamente colocándose con el viento en popa y así logró de momento sorprender a los enemigos que se le acercaban. Una sorpresa momentánea sin mucho efecto.
La atención de los guardacostas no fue modificada por esto, no era necesario yá; se concentraron sobre la “Bee” que avanzaba mas adelante y dejaron que la “Bacchus”se alejara. Ya habría tiempo para darle caza a ella también. . Cañonearon a la “Bee” inmisericordemente con bala y metralla, y al tenerla bastante cerca la acribillaron con fuego de fusilería. El capitàn Huddle su comandante, murió instantàneamente en el puesto de mando al recibir un golpe de metralla casi a quema-ropa. Algunos marineros se lanzaron al agua y nadie se ocupó de recogerlos, suponiéndose que murieron ahogados.
La arboladura estaba completamente destrozada,el mástil mayor que había sido medio reparado después de la anterior tempestad, ahora estaba totalmente derrumbado sobre un costado, mientras que la pequeña cabina se veía ahora vuelta escombros por los impactos de metralla. Ya no quedaban velas operativas ni quien las pudiera arreglar, por eso la capacidad de maniobrar era ahora nula habiéndose perdido casi toda la arrancada. Nadie ordenó detenerla, no había ya en el caos producido abordo, ninguno quien diera las órdenes, todo era completa confusión, la goleta se detuvo por sí sola.
El único camino posible viéndolo bien era la rendición. Con las manos en alto se mostraron todos los sobrevivientes en cubierta, y solo así pudo cesar el martillamiento feroz a que había estado sometida la pequeña goleta. Lograda la rendición de la “Bee”, esta quedó bajo la custodia inmediata de la goleta “Celoso”., que transbordó un pequeño contingente armado para ocuparla y controlar a los prisioneros.
Ahora le tocaría el turno a la “Bacchus”, la que aún aplicando toda su capacidad velera,no podía en esos momentos contar con alguna esperanza de salvación, a sabiendas de que hiciera lo que hiciera no podría ser competidora para el poderoso “Argos” un buque muy ágil y veloz, y que asumió rápidamente la tarea de someterla.
La persiguieron por largo rato,sin mucho apresuramiento, darle caza se estaba convirtiendo ahora en un ejercicio divertido. Se le aplicó el mismo tratamiento que antes se le había dado a la “Bee”, fuego masivo hasta desmantelarla, para luego intimar la rendición de sus ocupantes, cosa que no habiendo mas remedio, se produjo rápidamente y sin previas condiciones.
Tanto el “Argos” como el “Celoso”eran verdaderos buques de guerra, tripulados por marinos profesionales que habían estado esperando este encuentro de un momento a otro.. Las goletas mirandinas no lo eran, tampoco tenían artillería abordo para defenderse, por eso para alivianar su huída debieron echar al agua la única carronada de 9 libras que se había "parapeteado" en cubierta y que ningún efecto habría podido lograr contra 38 cañones que sumaban entre ellos ambos guardacostas . Es probable que estas carronadas ni siquiera hubiesen sido estado cargadas para poder disparar, se instalaron con la pura intención de levantar la moral de las personas embarcadas y no para enfrentarse contra naves perfectamente armadas y mucho mejor tripuladas. Los guardacostas prefirieron como es lógico, capturar casi sin esfuerzo a las goletas donde habían visto embarcados muchos soldados y mucho equipo de guerra, evitando un encuentro formal con el “Leander”, en el supuesto caso de que éste hubiese presentado pelea, cosa que por cierto no hizo ni por mero simbolismo.
La huída del “Leander” se achacò al capitán Lewis considerando que él era abordo la autoridad indiscutible, otros intentan inculpar al mismo general Miranda . Ambos en su debido momento se defendieron culpándose mutuamente, sin embargo la verdad no se llegó a aclarar con absoluta precisión. La historia se há empeñado en señalar este episodio como una mancha muy negra en la carrera del "Leander" y há puesto muchas sombras de duda alrededor de la conducta de sus protagonistas, Miranda y Lewis principalmente. En lugar de pelear hasta el fin, prefirieron huír a toda velocidad abandonando a sus compañeros a una suerte terrible e inmerecida.En la escaramuza de Ocumare de la Costa, no se salvó el honor militar.
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sábado, 20 de febrero de 2010
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