De Curazao a Cartagena de Indias.
El exilio de Bolívar en Curazao fué de corta duración a partir de su llegada el 2 de septiembre de 1812, apenas un trampolín para desarrollar sus latentes ideales de rebeldía a ultranza contra la dominación española. Nada práctico podría lograrse permaneciendo en esa colonia holandesa - todavía bajo temporal soberanìa inglesa - y donde la presencia de los derrotados republicanos era aceptada con escasa simpatía y con evidente molestia y desagrado. Bolívar no tardó en manifestar su profunda molestia por las dificultades que se le estaban presentando. Primero, le embargaron su equipaje bajo la imputación de ser contrabando. Segundo, debió enfrentar un litigio por cobro de deudas contraídas por el bergantín “Celoso” ante comerciantes curazoleños de Puerto Cabello y que se pretendían achacar a él por el solo hecho de haber sido comandante de la plaza en los aciagos días de julio pasado.
Comenzaban los patriotas a pasar trabajo de verdad. Bolívar (el l0 de septiembre) escribe por ejemplo a su amigo don Francisco Iturbe (el mismo que lo defendió ante Monteverde) y le confiesa lo siguiente: “De esto resulta que yo me hallo sin medio alguno para alimentar mi vida, que ya comienzo a ver con demasiado hastío y hasta con horror”
Bolívar en Cartagena.
Como se señaló antes, nada útil podría hacerse en Curazao en las actuales circunstancias.No existían en la isla ni los recursos ni la voluntad de nadie para operar contra los españoles de Venezuela. Permanecer allí era colocarse bajo el constante escrutinio de las autoridades locales, que sin duda mantendrían informadas a las de tierra firme sobre cualquier actividad desplegada por los asilados patriotas. Se corrían además otros peligros, difíciles de disipar. La influencia española en los territorios ingleses –o controlados por ellos- era ahora determinante, en razón de la alianza tácita entre los gobiernos de Inglaterra y España. El enemigo común de ambas naciones era ahora Napoleón y cualquier otro conflicto marginal - como los movimientos de emancipación- eran vistos con desgano y molestia. Por estas razones Bolívar se fijó un nuevo rumbo y diferentes objetivos. Cartagena por ejemplo era un lugar indicado para apuntalar sus proyectos. Otros patriotas venezolanos habían llegado allí antes que él , habían sido recibidos con beneplácito y conseguido empleo. En Cartagena- pensaba Bolívar-, podría obtener medios apropiados para reintentar la liberación de su tierra. Se presentó al Presidente Torices y recibió de él una atenta acogida.
Manifiesto de Cartagena.Para mejor dar a conocer sus intenciones, decidió Bolívar publicar (l5 diciembre 1812) su famoso “manifiesto” dirigido a los ciudadanos de la Nueva Granada.
En ese documento es donde se revela por primera vez una inteligencia peculiar y unas condiciones de superior pensamiento. Así, al traslucir su potencial espíritu combativo- aún en tierra extraña - le fué ofrecido por el Presidente un difícil cargo, el de Comandante del “destacamento de Barranca” sobre el rio Magadalena, territorio dominado casi totalmente por los españoles y donde podría ( o nó ) demostrar esas capacidades militares de que estaba presumiendo en teoría. Y pudo hacerlo en verdad. Por propia iniciativa y sin esperar órdenes de sus instancias superiores marchó sobre Tenerife el 23 de Diciembre de 1812 y se apoderó de la población en la víspera de Navidad. Continuó sin detenerse su ofensiva relámpago, atacando y liberando para el 27 de diciembre las poblaciones de Plato, Zambrano y Mompox. El 30 de diciembre captura El Guamal y al día siguiente inicia ataques sucesivos contra las posiciones de El Banco, Chiriguana, Tamalameque, Puerto Real y Ocaña limpiando con su acción, toda la zona antes ocupada por fuerzas españolas. Sin duda que al fogoso coronel Bolívar lo animaba un marcado deseo de lucirse, de alcanzar una notoriedad que impresionara a sus empleadores y que pudiera disimular en parte su antecedente doloroso de Puerto Cabello. Estas victorias logradas en el corto espacio de 15 días, comenzaron a proporcionarle esa fama que tanto necesitaba. Su jefe inmediato el general Pedro Labatut llegó con mucha razón a acusarlo ( el 6 de enero de 1813) de ser insubordinado, simplemente por haber actuado por su propia cuenta sin adaptarse a los planes generales de sus comandos. Sin embargo, dicha acusación no llegó a prosperar debido a que las victorias obtenidas por él, contribuyeron a exonerarlo de toda culpabilidad. Recuérdese que en la guerra, los victoriosos suelen imponer las reglas, solamente los derrotados responden por los errores cometidos.
Planes de Monteverde.
Monteverde dueño ahora de Venezuela, se preparaba para invadir la Nueva Granada por la vía de Cúcuta. Designó al coronel Ramón Correa como punta de vanguardia de esta campaña mientras el grueso lo formarían los contingentes de Geraldino, González, Yánez y Tíscar que desde el lado venezolano avanzarían hacia occidente.
Para oponerse a este plan de Monteverde, Bolívar y Manuel del Castillo ocupan Cúcuta, último bastión neo-granadino antes de cruzar la frontera. Bolívar dispone por su cuenta seguir directo y ocupa la villa de San Antonio, cosa que evita hacer Del Castillo por no tener órdenes precisas..
Emocionado por encontrarse en territorio de su patria, lanza Bolívar una proclama muy sentida donde se compromete a marchar por tierra hacia la capital Caracas, para restablecer la República perdida Lo demás es historia conocida, ya escrita con lujo de detalles. La campaña admirable estaba en marcha.
jueves, 25 de febrero de 2010
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