Miranda Precursor.
Permanencia en Trinidad. Se organiza una escuadrilla naval de apoyo.
El arribo a Trinidad se efectuó el miércoles 24 de junio de 1806. El gobernador Sir Thomas Hislop recibió a los expedicionarios amistosamente y en cierta forma facilitó a Miranda las gestiones para enganchar voluntarios, aunque no se llegó a ofrecer ningún concurso de tropas regulares, esto en razón de carecer las autoridades británicas de instrucciones para hacerlo.
Las fuerzas expedicionarias se vieron aumentadas en más de 400 hombres entre ellos unos treinta oficiales.
Una escuadrilla naval se formó,con el “Leander”(18 cañones),la corbeta “Lily”de 24 cañones, la goleta “Attentive” de 14 cañones,la goleta “Provost” de 10 cañones,la goleta “Express”de 12 cañones y las cañoneras “Bulldog”,“Mastiff” y “Dispatch”de 1 cañòn cada una.
Tambièn se agregaron a la escuadrilla, el bergantín transporte “Commodore Barry” y la goleta “Trimmer”ambos desarmados. Se contaba ahora con más de 80 cañones.
En Trinidad se procedió a contratar un nuevo capitán para el “Leander”. Se trató de un ciudadano inglés el señor Johnson, marino profesional,de comprobada experiencia y quien vino desde Barbados a ofrecer sus servicios a la expedición siendo aceptado como reemplazo del joven sin experiencia que había estado encargado de dirigir el buque en forma temporal
El 25 de julio de 1806 zarpa de Puerto España la escuadrilla. Los buques ingleses proceden bajo la supervisión del teniente Campbell mientras que Miranda y los miembros de su Plana Mayor viajan en la corbeta “Lily”.
El 27 de julio se encontraba la expedición a la altura de Isla de Coche y para la noche del 1º de agosto se efectuó la aproximación a las aguas de Coro.
Miranda Precursor.
Desembarco en La Vela de Coro.
Por causas del mal tiempo, el desembarco debió retardarse por unas cuantas horas(36) y solamente vino a efectuarse en el puerto de La Vela el día miércoles 3 de agosto.
Primeramente desembarcó la Primera Divisiòn al mando del Conde de Rouvray seguida inmediatamente por la Segunda Divisiòn al mando del coronel George W. Kirkland.
Los españoles de la guarnición local al mando del comandante José de la Vega, ofrecieron poca resistencia y pronto se replegaron hacia el interior. Se ejerció entonces presión sobre la fortaleza más cercana a la bahía y ésta fué oportunamente capturada.
Ese día fué izada en el mástil de dicha fortaleza la bandera de Colombia por primera vez en tierra firme americana.
Miranda desembarcó de inmediato. Al hacerlo pudo percatarse en persona que los habitantes de la Vela de Coro habían huído llevandose consigo todas sus pertenencias.
Se enviaron en todas direcciones mensajeros con bandera blanca invitando la gente a volver a sus casas, pero fué imposible lograrlo, con excepción de algunas pobres mujeres y ancianos que – temerosos- se resolvieron a regresar.
El avance sobre Coro se produjo en la tarde de ese mismo día (3 de agosto). En esta ciudad igual como sucedió en La Vela, el pueblo había decidido abandonar sus casas y ocultarse en los bosques vecinos. No se encontró allí ninguna resistencia militar, y el único incidente se presentó en la plaza mayor del poblado cuando las tropas invasoras, por error de coordinación se hicieron fuego entre ellas mismas, con resultado de un muerto y cinco heridos. Entre los heridos graves figuraba el coronel Kirkland, Comandante de la II Divisiòn.
Cuatro días después, el 7 de agosto, Miranda resolvió inexplicablemente evacuar a Coro y regresar con sus tropas a La Vela,movimiento que se terminó de cumplir el día 10. Su permanencia en Coro-contrariamente a sus esquemas- había resultado totalmente infructuosa,y sus objetivos estuvieron muy lejos de alcanzarse.
Miranda Precursor.
El capitán Johnson del "Leander" muere en emboscada.
Otro incidente hubo que contribuyò a desmoralizar a los expedicionarios. Perdieron al capitán del “Leander”(Johnson) y a varios individuos de la tripulación. Estos resultaron emboscados por fuerzas superiores de los españoles cuando imprudentemente fueron a un río cercano a proveerse de agua dulce para aprovisionar su buque. Narra el teniente Biggs: “Al momento en que Johnson desembarcó de su bote y dirigía a sus hombres, una parte del enemigo lo acometió desde su escondite, con pesado fuego de flechas y mosquetería y pronto lo dominaron como también a su tropa. Varios quedaron muertos en el lugar, y los sobrevivientes , después de una obstinada resistencia y de recibir muchas heridas fueron hechos prisioneros, excepto uno, que llegó al buque nadando, y otro se ahogó al tratar de hacer lo mismo. Esto fué al amanecer; habiéndose apercibido del fuego los del “Lily”, enviaron una partida de unos treinta hombres bajo el mando del teniente Barclay, a apoyar a Johnson; pero llegaron muy tarde y no pudieron hacer otro servicio que matar y herir a unos veinte españoles".
A Miranda desengañado ante tantos contratiempos, no le quedaba mas remedio que una retirada.
Miranda Precursor.
Reembarque y ocupación de la isla de Aruba.
El general Miranda decidió momentáneamente retirarse de La Vela y transladar sus fuerzas a la isla de Aruba “tomando posesión de ella” según sus propias palabras manifestadas en una proclama del 19 de agosto de 1806, donde se comprometía “a respetar las personas, propiedades y tranquilidad de sus habitantes, les dejaría a sus antiguos magistrados y no estorbaría su comercio con las islas neutrales”.
(Resulta verdaderamente difìcil de comprender como podía Miranda, comandando un contingente tan exiguo y tan vapuleado por las recientes circunstancias, “tomar posesiòn”arbitrariamente de un territorio que yá tenía dueño.
Para la fecha en que esto se hizo, tanto Aruba como Curazao y Bonaire habían estado bajo el control militar de la Gran Bretaña -desde 1805-, aunque su dueño legítimo seguía siendo Holanda)
Antes de ocupar Aruba, Miranda había despachado mensajeros con cartas para el almirante Cochrane, para el almirante Sir James Dacres(Comandante de la Estación Naval de Jamaica) y para el general Sir Eyre Coote (Gobernador General de Jamaica) urgiéndoles el envío de ayuda para reforzar sus operaciones en la Costa Firme.
Las respuestas a sus peticiones de auxilio fueron esta vez totalmente desfavorables.
El 24 de agosto,Dacres le contestaba que no contaba con tropas para disponer y además no tenía instruciones precisas del Almirantazgo (Británico) para intervenir en operaciones en el continente.
Por su parte el almirante Cochrane- ahora menos dispuesto- le participaba que por instrucciones recibidas de Inglaterra, se veía obligado a reducir su ayuda y nada podría hacer hasta tanto el Gabinete Inglés no decidiera sobre el particular. Como se vé, el fracaso no tiene amigos. Los resultados tan infructuosos del desembarco en Coro sirvieron para convencer a los británicos de que los utópicos proyectos de Miranda no tenían ninguna solidez. Apoyarlo por segunda vez era según la opinión de ellos, perder tiempo y esfuerzos.
En realidad, la actitud del gobierno inglés era ahora prudente, en Europa ya se estaba negociando la paz y era por lo tanto peligroso o al menos inconveniente malograr esas negociaciones con algún tipo de provocación en los territorios coloniales de America.
La situación en Aruba entretanto, se hacía insoportable. Se agotaban los recursos rápidamente, cundía el descontento entre los expedicionarios, la disciplina estaba dañándose severamente y llegó a existir un verdadero peligro de amotinamiento.
Los escasos habitantes locales se quejaban constantemente del comportamiento depredador y molesto de los invasores. Hasta los mismos ingleses (amistosos hasta ahora), llegaron a manifestar su desagrado por la prolongada presencia del contingente mirandino en la isla, haciendo ver la necesidad de una pronta evacuación de la misma.
domingo, 21 de febrero de 2010
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